14/04/2021
Cuando tenemos una responsabilidad asumimos un compromiso con algo o alguien y respondemos por lo que pueda ocurrir, sea bueno o no. En el ámbito empresarial, el administrador asume la responsabilidad de la adecuada gestión de los recursos empresariales para el logro de los objetivos propuestos.
En los años 70, Milton Friedman, en su artículo “The social responsibility of business is to increase its profits”, señala que «hay una única responsabilidad social de las empresas: usar sus recursos y participar en actividades diseñadas para aumentar sus ganancias, siempre y cuando se mantenga dentro de las reglas del juego; es decir, se involucra en una competencia abierta y libre sin engaño o fraude». Se infiere que la responsabilidad del administrador debe enfocarse únicamente en aspectos que impacten positivamente en las finanzas de la organización, lo cual apunta a los accionistas como el principal grupo de interés a quién responder.
En los 80, R. Edward Freeman desarrolla la Teoría de los Stakeholders, donde explica que la gestión de una empresa trasciende a los aspectos internos de la organización. Es necesario tener en cuenta no solamente a los accionistas, también a los otros grupos de interés (por ejemplo, colaboradores, la sociedad, proveedores, estado, entre otros) porque las acciones de la empresa impactan en ellos y, a la vez, las acciones de ellos impactan en la empresa. Por lo tanto, la empresa tiene diferentes tipos de responsabilidad con cada uno de sus grupos de interés. Así, se infiere que un administrador responsable debe gestionar adecuadamente las relaciones con los grupos de interés de la empresa, lo que posibilite disminuir el riesgo de incumplimiento del logro de los objetivos empresariales.
En los 90, John Elkington desarrolla el concepto Triple Bottom Line (TBL) o Triple Cuenta de Resultados, el cual indica que los negocios necesitan medir su éxito, no solamente en aspectos económicos, también en aspectos sociales y ambientales. De esta manera, las empresas asumen la sostenibilidad, la cual puede ser medible en sus modelos de negocio. Un administrador responsable necesita desarrollar estrategias para el logro de objetivos económicos, sociales y ambientales a nivel empresarial.
Savitz & Weber (2014) exponen la siguiente tabla con aspectos medibles relacionados al Triple Bottom Line:
Se observa que la gestión empresarial se adecúa a los cambios generados en su entorno, por lo tanto, el entendimiento de la responsabilidad de la empresa y la responsabilidad del administrador también varía. A continuación, se proponen acciones que realiza actualmente un administrador responsable:
Fuentes de investigación